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CULTIVA PAZ Y OFRECE AMOR

Nadal17w

Cultiva pau, i ofereix amor
Pau.
No et deixis pertorbar per l'entorn. Busca moments per practicar ioga, meditar, per anar cap al teu centre, i obrir-te a la pau que hi ha dins teu.
Amor.
Des d'aquest espai de pau interior, vés cap als altres amb actitud tolerant, comprensiva, sense fer comentaris que fereixin la seva sensibilitat.

Cultiva paz y ofrece amor.
Paz.
No dejes que el entorno te perturbe. Busca momentos para practicar yoga, meditar, ir hacia tu centro, y abrirte a la paz que hay en ti.
Amor.
Desde este espacio de paz interior, acércate a los demás en actitud tolerante, comprensiva, sin hacer comentarios que hieran su sensibilidad.

 

 

 

LAS HOJAS SE SUELTAN

otono

El sábado pasado fuimos a la Fageda d’en Jordà a meditar.

Nos inpregnamos del paisaje: dejamos que entrara en nuestro interior.

Reflexionamos en base al precioso texto de José Maria Toro, que desde aquí comparto con vosotros.

Las hojas no caen, se sueltan... Siempre me ha parecido espectacular la caída de una hoja. Ahora, sin embargo, me doy cuenta que ninguna hoja “se cae” sino que llegado el escenario del otoño inicia la danza maravillosa del soltarse.
Cada hoja que se suelta es una invitación a nuestra predisposición al desprendimiento. Las hojas no caen, se desprenden en un gesto supremo de generosidad y profundo de sabiduría: la hoja que no se aferra a la rama y se lanza al vacío del aire sabe del latido profundo de una vida que está siempre en movimiento y en actitud de renovación.
La hoja que se suelta comprende y acepta que el espacio vacío dejado por ella es la matriz generosa que albergará el brote de una nueva hoja. La coreografía de las hojas soltándose y abandonándose a la sinfonía del viento traza un indecible canto de libertad y supone una interpelación constante y contundente para todos y cada uno de los árboles humanos que somos nosotros.
Cada hoja al aire que me está susurrando al oído del alma ¡suéltate!, ¡entrégate!, ¡abandónate! y ¡confía! Cada hoja que se desata queda unida invisible y sutilmente a la brisa de su propia entrega y libertad. Con este gesto la hoja realiza su más impresionante movimiento de creatividad ya que con él está gestando el irrumpir de una próxima primavera.
Reconozco y confieso públicamente, ante este público de hojas moviéndose al compás del aire de la mañana, que soy un árbol al que le cuesta soltar muchas de sus hojas. Tengo miedo ante la incertidumbre del nuevo brote. Me siento tan cómodo y seguro con estas hojas predecibles, con estos hábitos perennes, con estas conductas fijadas, con estos pensamientos arraigados, con este entorno ya conocido...
Quiero, en este tiempo, sumarme a esa sabiduría, generosidad y belleza de las hojas que “se dejan caer”. Quiero lanzarme a este abismo otoñal que me sumerge en un auténtico espacio de fe, confianza, esplendidez y donación.
Sé que cuando soy yo quien se suelta, desde su propia consciencia y libertad, el desprenderse de la rama es mucho menos doloroso y más hermoso. Solo las hojas que se resisten, que niegan lo obvio, tendrán que ser arrancadas por un viento mucho más agresivo e impetuoso y caerán al suelo por el peso de su propio dolor.
Las hojas no caen, se sueltan.

José María Toro, extraído del libro "La sabiduría de vivir".

 

 

EN EL INTERIOR DEL CAMPANARIO

Campanar

 

 

En el interior del campanario inundado,
el agua resplandeciente.
Nos sentimos agua resplandeciente de luz.
Y mas allá de la limitación que podemos percibir,
sentimos el infinito, en esta agua-luz.

Pantano El Mediano, Huesca.

 

 

 

MEDITAR, ¿PARA QUÉ?

meditarxk

 

Para vivir con consciencia.
Para conocerte a ti mismo.
Para poner orden en tu vida.
Para discernir entre lo importante y lo urgente.
Para cultivar la serenidad.
Para controlar el estrés.
Para aprender a centrarte.

Ven a meditar, los martes de 20.00 a 21.00

 

 

 

LA CUERDA Y EL CUCHILLO

cuerdacuchillo

 

Me gusta navegar en kaiak. Es ligero, sencillo, silencioso, y puedo explorar los rincones más escondidos de la costa.
Siempre que voy al mar, llevo, entre otras cosas, una cuerda y un cuchillo, como elementos de seguridad.
La cuerda permite remolcar a alguien que está en peligro, y el cuchillo, cortar con cosas varias que puedes enredarte en el mar.
Algunas divinidades del panteón indú, con sus múltiples brazos, sostienen tambien, una cuerda y un cuchillo.

La cuerda simboliza el poder hacer un lazo con todo lo que nos ayuda y el cuchillo, cortar con lo que es mejor que ya dejemos atrás.